martes, 20 de septiembre de 2011

Septiembre y la cercanía del Fin

Qué agradable fue este fin de semana. Me encantó no ir a clases ni lunes ni martes, para simplemente hacer NADA.
Todos los días tuve algún panorama, y aunque me hubiese gustado hacer más, la pasé bien. El sábado fui a las fondas en el colegio, donde hubo algunas presentaciones de plantíos que estuvieron muy graciosas, y otras bastante profundas. El domingo, luego de la iglesia, fui con mis padres y me hermana a un asado con la familia. Qué manera de comer, terrible. Pura chicha, carne y deliciosas ensaladas aliñadas con un montón de limón, como a mí me gustan. Mi abuela estuvo todo el día sábado cocinando, de lo cual resultaron 101 empanadas. Increíble. El lunes, otro asado. Más carne aún, pero la verdad fue bastante aburrido: mis primas puro que fuman, y mis ojos ya irritados por la primavera no soportan el humo del cigarro. Lo único entretenido que hice fue jugar con mis gemelos pelados, que todavía no cumplen los dos años. Y hoy no hice mucho; aunque disfruté el levantarme tarde y tomar desayuno a las 12. Ejercité con las guías del preu que no tenía hechas y dormí una pequeña siestecilla luego del almuerzo, en el sillón más irresistible que puedan imaginar.
Y mañana de vuelta a clases. Lo más terrible es que quizás me hagan el test de Naveta que no he hecho; y que tampoco tengo ganas de hacer.
Pero una de las cosas que más pienso con respecto a esta vuelta a clases, es el poco tiempo que nos queda. ¿Cuánto será, como un mes y medio? Seis o siete semanas que entre retiro, alianzas y quién sabe qué más; se nos van a hacer realmente nada. Sé que he hablado bastante del tema, pero no puedo evitar pensar en eso gran parte de mi tiempo. Por otra parte, pienso en todas las cosas que podré hacer una vez hayamos salido del colegio, en noviembre. Podré juntarme con mis amigos a comer palos (a ver si algún día lo logramos); ver muchas películas que tengo pendientes; leer libros que nunca terminé,que nunca empecé o que olvidé por completo; ver otra vez a ex compañeras que viven muy cerca y con  las cuales no hablo hace mil años; sacar la licencia de conducir; entre otras muchas cosas.
Últimamente siento que vivo en un mundo de irrealidades. A veces me pregunto si ciertas cosas que pasan realmente están pasando, o estoy en alguna clase de extraño sueño del que no despierto. ¿Nunca les ha pasado? Lo malo es que no es una situación puntual: son varias cosas que me hacen dudar sobre la veracidad de la dimensión en la que me encuentro. No deseo “irme en la volá” con este tema; pero deseaba compartir la extraña sensación que a veces me embarga.
Saludos desde el más acá,
                                         Mani.

1 comentario:

  1. Te comprendo, pero solo en la parte de dudar de la realidad. Hay dias, situaciones, momentos o que se yo que me hacen pensar si esto es verdad, es un sueño, es la chicha, etc.

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