Hoy puedo decir felizmente que este fin de semana fue realmente bueno.
El viernes, luego de una deliciosa prueba de lenguaje y una clase de cumbia, partimos en grupo a la casa del Vicente, a celebrar su cumpleaños. La verdad sólo fui a comer, porque partí muy temprano (tres y media) para dirigirme al retiro de mujeres en Rosario.
Qué decir de eso: estuvo simplemente maravilloso. Ya se quisieran los hombres un retiro así. La verdad, a grandes rasgos, aprendí que Dios es Fiel. Es decir; que cuando nos sentimos alejados o desamparados, no es que Él nos haya dejado, sino todo lo contrario. Sinceras gracias Señor por este retiro.
El sábado llegué muerta a mi casa, pero mi hermana tenía una pijamada (de tres personas), así que me vi en la obligación de unirme a ellas. Jugamos Scene it y vimos una película, con lo cual me dormí a las tres y media de la mañana.
Al otro día, osea hoy, me quedé dormida (menos mal niño, que me llamaste, si no no me despierto). Y para no aburrir más, en la tarde fui al concierto del maestro Ennio Morricone. Pero qué genio. Su música paraba los pelos, y hacía que me remeciera cada dos segundos en mi asiento. Tanto pataleó la gente, que salió y entró al menos unas diez veces, y repitió tres canciones para calmar al monstruo de Movistar arena. Saqué músculo de tanto aplaudir.
Estando en ese lugar no pude evitar recordar, con una sonrisa y algo de vergüenza, el concierto de RBD. Cuando íbamos en séptimo, entre mi prima, la Dani y el Mati, lograron contagiarme su fiebre por el entonces popular grupo mexicano. Me compré algunos CD’s, y le rogué a mis padres que me compraran entradas para el concierto. Ahora lo pienso, y no gastaría plata en ir a verlos. Además que estábamos como en platea alta o galería, y apenas veíamos.
Eso me hace recordar… ¿Alguien estaría dispuesto a bailar HSM otra vez? Yo la pasé bien haciendo eso, y sería demasiado cortavenas pero lindo hacerlo como una especie de despedida, ¿No les parece? ¿No les gustaría repetir las cosas que hicimos siendo más pequeños, antes de dejar el colegio? ¿Jugar a la pastelería, baseball, Next chileno (jejeje)? ¿Hacer refugios ilegales en la zona “prohibida”, o almorzar debajo del vagón? ¿Y qué de practicar coreografías nuevas en la carpa a la hora de almuerzo, con un diluvio afuera?
Que levante la mano el que apoye la moción: me gustó mi idea improvisada.
Y bueno, ya es tarde y mañana hay colegio. Cero inspiración para escribir hoy día.
Buenas noches.