viernes, 15 de abril de 2011

Nada inspirada

Cero inspiración para el blog. Sé que tuve una idea buena durante la semana, pero ya la olvidé; y como el tío L dijo que podíamos poner una frase si queríamos, hela aquí. No se preocupe profe, sí voy a escribir más tarde algo extenso y bien explayadoso, pero cuando esté inspirada y tenga tiempo.
Por mientras, dejo un poema de Bonnie Parker.
"Estoy segura de que habréis leído
cómo atracan bancos, cómo saquean,
y a los que les da por protestar
suelen encontrarlos moribundos o muertos.
En estas crónicas abundan las mentiras;
no son tan despiadados como los pintan,
son de naturaleza fiera,
todas las leyes detestan,
y a soplones, polis y chivatos.
Los llaman asesinos a sangre fría,
dicen que son crueles y malvados,
pero os diré con orgullo
que a Clyde lo conocí no hace mucho
cuando era honesto, recto y aseado.
Pero los polis le incordiaban,
no paraban de detenerle,
en una celda solían meterlo,
hasta que me dijo un día:
nunca seré libre, amiga mía,
así que me llevaré unos cuantos al infierno.
Saben bien que la ley siempre ha ganado,
otras veces ya les dispararon
pero siempre supieron de largo
que la muerte es el salario del pecado.
Algún día se irán a pique juntos
y juntos descansarán sus cuerpos para siempre.
Habrá unos pocos afligidos...".

Bonnie Parker y Clyde Barrow eran dos asaltantes de los años 30, en el Sur de EEUU. Ambos fueron asesinados en una emboscada, traicionados por el tercer miembro de la banda.
El auto en el que viajaban hoy es expuesto en un museo, y se aprecian en él 167 agujeros de bala.

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