Ahh… Qué día del libro. Yo pensé que iba a estar como cierta persona el año pasado, que lloró el último día del Libro, el último debate, el último juicio, las últimas fiestas patrias y el último día de clases. Pero recién hoy día me acordé que ese hecho se me había olvidado completamente, y que el recién pasado viernes terminó sin un solo atisbo de lágrima por mi parte. Muy bien.
Fue muy cansador hacer la obra. Terminaba una función y ya estaban golpeando la puerta las mimos, porque había gente esperando para entrar. HABÍA FILA! Apenas bajaba la gente, Peter y Ana salían de sus escondites para arreglar el desorden que implica un escape ante el peligro de los soldados nazis.
Tantas veces la repetimos, que ya las últimas era una cosa terrible decir mi parte: sentía que ya se lo había dicho a esta gente, y que se iban a aburrir por escucharme decir la misma cosa de nuevo. Qué sensación más rara: como un deja vu, reproduciéndose cada cierta cantidad de minutos, sin parar. Pero bueno, parece que la obra causó su efecto y conmovió a la gente.
Y después de todo, la parte de la música salió bien. Al menos al público le gustó. Luego de tantos malos ratos, la pasamos bien de todas maneras, y todo el mundo contento. Lástima que no pude ver ninguna de las otras obras simultáneas; como la de Ricitos de Oro, o Tom Sawyer.
¿El tío L? Relajado como una pancora (no sé por qué, fue la primera palabra que se me vino a la mente): su pelo estaba casi tan peinado como un día cualquiera de colegio.
Cuando terminó, estaba tan cansada que me acosté muy temprano (poco después de llegar a mi casa), y dormí casi doce horas. Por lo mismo salí apuradísima al partido, para descubrir que el señor A nos había abandonado. Jum. Perdimos por menos que la otra vez, así que por lógica, el próximo lo ganamos.
Para terminar este día con clase, fui a un matrimonio que se hizo en nuestra iglesia. Fue todo tan genial, y la novia se veía tan linda, que me removió las tripas (por decir que de alguna manera me conmovió). No sé si muchas niñas de mi edad sueñen con ese día, pero yo sí. No es por el glamour de la boda en sí; sino por unirte a la persona que más amas en la tierra. Por saber que ahora sí te pertenece, y puedes pasar todo el tiempo con él, “legalmente”, por llamarlo de alguna forma.
Sinceramente me gustaría formar una familia antes que vuelva Jesús.
Pero no sé a qué edad podría ser eso. Antes deseaba casarme antes de los veinticinco, pero veo a gente de treinta años con una mentalidad que apenas supera la mía, y por eso lo he reconsiderado… Así que, que se haga la voluntad de Dios nomás, y me dé su guía para seguirla; miren que es perfecta y haciendo la propia no resultan más que embarradas.
PD: Me importas tú, y tú y tú… Alguien ha escuchado esa canción?
danielilli, si que hubo impacto en anna frank, LA GENTE NO APLAUDIA! jaja, la claudia subia corriendo "HAY MUCHA GENTE APURENSE, LA FILA ES GIGANTE" cuando me metia en el cuadradito pequeño escuchaba al tio Vicotr que sin parar llamaba a la gente a que subiera a verla y luego supe que el lo unico que queria era verla, que pena que no pudo, debio escaparse unos segunditos creo yo no? o pedir un permisito loco por ahi. Fin
ResponderEliminarajajaja, si es verdad, el profesor Luis tenía su peinado intacto... que buen día del libro y que hermoso matrimonio... ¿A quién no le dan ganas de casarse así? un abrazo amiga.
ResponderEliminarNotable yo conosco esa cancion. Normalmente las mujeres cuanto piensan en ese momento tambien piensan la persona que estara alfrente, asi que tengo tema para molestarte esta semana. Saludos a tus amigas.
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